Los fabuladores del está todo bien terminan mal, decía Lacan. Yo conozco a algunos de ellos. Es triste saber que en algún momento van a querer desligarse de la vida, a comenzar a deshacerse de ella. Contrariamente a lo que podría parecer son gente que no habla demasiado de la muerte, paradojicamente, aunque quizás vayan a ella de la forma menos tradicional o quizás por eso. No sé si se puede evitar. Al empezar la carrera de sociología, a todos nos llamó la atención el nombre del clásico que nos encargamos. "El suicidio", un hecho social para Durkheim, era para nosotros mayormente jóvenes, algo que no tenía nada que ver con nada. Mientras se es jovén nadie se dá cuenta. A poco de empezar mi segunda carrera universitaria, en el medio de mi postparto,con mi consciencia exacerbada, sé que esta vez va a ser distinto y tengo un poco de miedo. Pero tambien tengo la certeza de que estoy mas a salvo que nunca, acá , adentro mío, aún con toda esta prosapia y prosodia mental. Los verdaderos monstruos irrumpen cuando me voy. Lo verdaderamente escalofriante ya pasó. Voy atrás de mi deseo, estoy a salvo. Libre no, eso ya no me interesa, a salvo.
