Un dia como todos los otros sobre todo para Gaby la maestra jardinera de la que trata este breve recuento de como sucedieron las cosas. Los chicos entraron, a destiempo algunos como siempre, los que mas le molestaban , o en realidad sus madres que se creía que podían hacer lo que se les diera en gana por pagar una cuota medianamente alta en comparación con los demás colegios de la zona en la que transcurrió la epidemia de la que tambien trata este cuentito. De donde vino el virus, su "más allá" del jardín solo podemos hacer elucubraciones: Es la época dicen los médicos , ante las inquisitivas miradas de las madres que a todo le buscan una explicación. No sabemos, podríamos inventar, y sería real, pero el caso acá es contar lo que pasó ahí adentro en ese jardín, esa tarde. Resulta asombroso que un virus de las caracteristicas del monstruo pequeño que este tenía haya pasado desapercibido a la añejada directora y sus seguaces que comentaban las noticias mientras tomaban el café que la generosa maquina no se cansaba de entregarle a través de los años, exactamente iguales, con las mismas modificaciones que transcurrían cada doce meses. Este año en cambio pese a todo lo previsto se les adelantaba dos semanas.
Archive for marzo 2013
me desprendo
Estoy leyendo a Marcelo Cohen y me dan muchas ganas de escribir sobre presos. Acaso no lo estoy haciendo?. Leo a Pauls y me dan ganas de escribir historias urbanas de gente de departamento que no fuí. Puedo. Leo a las víctimas y me dan ganas de convertir a esta chica, la punk, en una. Pero no sé, al final , no me decido , en realidad: no quiero que termine mi tiempo y retengo a mi librihiji como a mi sandry cuando no quiero que vaya al jardín. Soy escorpiona.Y además sé que cuando se termine el tiempo del libro se terminará también mi tiempo de revivir lo que nunca fué. Entonces el esfuerzo no es tanto por escribir , sino por soltar .El ejercicio frente a la máquina es el de dejar que el tiempo, que todo lo arrasa también me lleve. En el medio infructuosamente trato de defenderme y me lastimo cada vez más. No soy yo la que se vá me digo, no soy yo la que se lastima, no soy yo la que fuí. Ya no. En cambio sería yo si fuera como la arena y me derrumbara junto con lo que escribo, sin miedo. Por una vez, sería yo.
light
creo que soy pesada , pero soy light. ejemplos.
reflexiones al paso
se puede hablar de algo que no sea escribir? pensemos. De que hablaría con ganas? de bebés, me aburre, / el tiempo que no estoy con el mío quiero distraerme. De música? ya fué tiempo en el que me daban ganas de conocer lo había ( lo hubo?). la facultad? por suerte , over too. el trabajo? escribo. ESCRIBO!!
in trascendencia
El jueves a la mañana ya sabía que me iba a enfermar quizas por eso se me ocurrió pedir flores. La enfermedad y la muerte. Ahora que asocié no las banco. Se las tiraría por la cabeza a lgunas de las mujeres que pasan yendo al hospital con sus mil quinientos hijos colgados. Me compré flores, si, quizás a la chica que no sabía que hacer con su vida que fuí. Y eso me enferma, me dá melancolía. Solo queda escribirla. Rest in peace, muchachita punk. ahora te quiero ver.
todo lo demás es moda
Si tuviera que escribir de moda escribiría sobre porqué no podemos andar desnudos. Trataría de indagar en eso y describiría lo que nos tiramos encima. Al final , nada muy distinto de cualquier otra ficción, si lo que nos tiramos en forma de trapo no son sino historias que nos gustaría que fueran ciertas y que por eso mismo lo son. Que es la verdad sino voluntad? La ropa que me envuelve es verdadera y lleva estampada la historia de la sangre que no existe, que es más débil que el agua. ¿Que nos gustaría que marquen las marcas?, seguramente alggún costado de cuya falta somos conscientes. que hace a la moda más tonta que a la literatura? , no comparte con ella su snobismo, no hay diseñadores borges, escritores westwoods? . Yo creo que sí, y no entiendo porque se llama irreflexiva a una producción tan espejo de comos somos. Acaso porque a los humanos no nos gusta andar desnudos.
hallazgos
como, en la orilla, el caracol al mar.
Oigo mi corazón latir sangrando
y siempre y nunca igual.
Sé por qué late así, pero no puedo
decir por qué será.
de palabras y engaños al azar,
llegaría, temblando de sorpresa,
a inventar la verdad:
¡Cuando fingí quererte, no sabía
que te quería ya!
Xavier Villaurrutia
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